A ver qué te parece esta idea: trata de mantener un
ritmo relajado durante tu entrenamiento para arrasar el día de la
carrera como si fueras Javi Guerra en una mañana
primaveral en Madrid. Por inverosímil que pueda parecer, las últimas
investigaciones revelan que correr lentamente puede generar recompensas
en forma de un mejor tiempo final. “Nuestro estudio recoge que los
atletas de élite entrenan alrededor del 80% del tiempo a lo que
llamaríamos una ‘intensidad baja’. El 20% restante es cuando aumentan la
exigencia”, señala el doctor Stephen Seiler, profesor en la Universidad de Agder (Noruega) y uno de los mejores fisiólogos del deporte.
La
epifanía de la resistencia de Seiler tuvo lugar hace cerca de una
década, cuando analizó un gran volumen de estudios acerca de la intensidad
y la duración del entrenamiento. Desde entonces, investigaciones
desarrolladas por científicos del deporte de la talla de Veronique
Billat, Augusto Zapico y Jonathan Esteve-Lanao han corroborado la teoría
de Seiler: el 80/20 es la panacea del .
Pero a los que corren solo 3 o 4 veces por semana ¿también les conviene
este método? Seiler asegura que “continuamos nuestra investigación y
descubrimos que entrenes 4 o 14 veces a la semana, la diferencia de
intensidad afecta por igual”. Además, añade que es más importante aún
para aquellos que corren por diversión, ya que a menudo no entendemos la
intensidad con la que debemos entrenar cuando queremos alcanzar
progresos a largo plazo.
“Muchos aficionados
tienen la percepción de que deben emplearse a fondo en todo momento, por
lo que van al límite durante casi todo el entrenamiento”, advierte
Seiler: “Al principio mejoran, pero luego se estancan. Su estado de
fatiga les impide adentrarse en sesiones de alta intensidad”. Los no
profesionales suelen dividir la intensidad de su entrenamiento en un
50%. Conocedor de este dato, Esteve-Lanao pidió a atletas expertos que
se entrenasen bien al 50/50 o al 80/20. Los resultados demostraron que
estos últimos mejoraron sus marcas hasta un 5% en carreras de 10K,
mientras que los que dividieron la intensidad a partes iguales mejoraron
un 3,5%.
Sobrepasar el umbral
Simplificándolo
mucho, hay dos niveles de intensidad en la distinción 80/20: bajo y
medio-alto. La investigación de Seiler identifica el paso de una a otra
por el umbral ventilatorio (similar al umbral de lactato), que hace caer
la frecuencia cardiaca máxima entre el 77 y el 79% en corredores
expertos. El hallazgo de Seiler apunta de manera precisa al ratio 80/20,
pero el concepto de entrenar con calma para mejorar los resultados no
es nuevo. El mítico entrenador neozelandés Arthur Lydiard aplicó la
misma idea con sus atletas en la década de los 50 del pasado siglo, y
cosechó un gran éxito.
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